Estonia, oficialmente conocida como la República de Estonia (en estonio: Eesti Vabariik),
es el más pequeño de los tres países bálticos, situado en el norte de Europa. Limita al sur con Letonia,
al este con Rusia, al norte con el golfo de Finlandia y al oeste con el mar Báltico.
El territorio de Estonia incluye una región continental y un grupo de 2,222 islas e islotes dispersos
en el Mar Báltico, abarcando un total de 45,228 km².
El pueblo estonio tiene fuertes lazos étnicos y lingüísticos con el pueblo finés, lo que significa que
el idioma estonio es similar al finés. Esta relación cultural y lingüística se refleja en la historia y
la identidad de Estonia. A pesar de su ubicación geográfica en los países bálticos,
Estonia comparte conexiones culturales e históricas con los países nórdicos, al igual que sus vecinos bálticos,
Letonia y Lituania. Esto se manifiesta en áreas como la arquitectura, la música y las tradiciones culturales.
Estonia se ha convertido en un país moderno con una economía desarrollada y una sociedad avanzada en términos de tecnología.
Tallin, la capital de Estonia, es conocida por su hermoso casco antiguo, que es un sitio del Patrimonio de la Humanidad
de la UNESCO y un importante centro cultural y turístico.
La historia de Estonia ha sido marcada por la influencia de diversas potencias extranjeras,
incluyendo la Suecia, Rusia y la Unión Soviética.
Cede del gobierno de Estonia
La isla de Saaremaa es la más grande de Estonia, un paraíso virgen de vegetación, pequeñas aldeas y tesoros culturales,
es un destino que bien merece el viaje en ferry desde Virstu. Con sus extensos 2,500 kilómetros cuadrados de superficie,
esta isla ofrece una experiencia idílica y única en el país.
Su capital, tiene como principal atractivo su imponente castillo, que es la fortaleza medieval mejor conservada en toda
la región del Báltico.
El casco histórico de Kuressaare rezuma encanto en cada casa, tienda y calle, proporcionando a los visitantes una visión
cautivadora de la historia y la cultura de la isla.
El encanto de la isla de Saaremaa se manifiesta en Angla, donde se encuentran cinco molinos de viento emblemáticos.
Estos molinos, conocidos por su peculiar forma, son paradas obligatorias para conocer las tradiciones y la herencia
cultural de la zona.
Un punto de interés inusual pero fascinante es el Kaali Kraater, un conjunto de nueve cráteres formados por impactos de
meteoritos hace más de tres milenios. Este sitio proporciona una perspectiva única sobre el pasado geológico de la isla.
A solo una hora de Tallin, la capital de Estonia, se encuentra uno de los tesoros naturales más destacados del país:
el Parque Nacional Lahemaa. Este parque, que fue designado como tal hace más de medio siglo, debe su nombre a
su característica geografía, que está marcada por una abundancia de bahías.
Lahemaa, que se traduce como "tierra de bahías", es un paraíso natural que ofrece una diversidad asombrosa.
Dentro de este vibrante entorno natural, se pueden descubrir pequeñas aldeas que reflejan la rica historia del país.
En estas aldeas, coexisten casas de campo de veraneantes, residencias más lujosas, edificios de estilo soviético y
casas de pescadores, creando una mezcla única que ilustra la influencia de varios grupos a lo largo del tiempo.
El Parque Nacional Lahemaa es un lugar imprescindible para quienes desean explorar la belleza natural y la historia
de Estonia en un entorno natural diverso y sorprendente. Las bahías, los humedales y la cultura local se combinan
para ofrecer una experiencia única que cautiva a los visitantes.
Parque Nacional Lahemma